🎵 Cuando el Alma se Cansa y Nadie lo Nota
El agotamiento emocional que se calla, pero suena por dentro
Últimamente he acompañado varios procesos donde el síntoma no es el llanto, ni la tristeza evidente, ni siquiera la ansiedad. Es el silencio. El desgano. Ese “no sé qué me pasa” que se cuela en la rutina y va apagando lentamente la energía vital.
Y no es casualidad.
Es agotamiento emocional.
Y lo digo no solo como terapeuta, sino también como alguien que ha estado ahí.
Lo curioso es que muchas veces ni siquiera lo reconocemos como tal. Seguimos funcionando, cumpliendo, sonriendo en automático. Desde afuera todo parece en orden. Pero por dentro… hay un vacío que pesa.
A mí me pasó. Y no siempre supe nombrarlo.
Me pasó cuando me exigí demasiado.
Cuando prioricé cuidar a otros por encima de mí.
Cuando creí que sostener todo era igual a ser fuerte.
Y cuando finalmente me detuve, me di cuenta de lo mucho que me había abandonado sin querer.
💭 ¿Qué es el agotamiento emocional?
No siempre es visible. No siempre grita. Pero sí desgasta.
Es ese punto donde ya no hay entusiasmo.
Donde responder mensajes se vuelve un peso.
Donde los silencios duelen más que las palabras.
Y donde, aunque duermas ocho horas, te sigues sintiendo agotado.
No es depresión clínica necesariamente, pero puede ser su antesala si lo ignoramos.
Este tipo de agotamiento aparece en muchos lugares:
En relaciones que nos drenan
En el cuidado de otros (hijos, familiares, estudiantes, parejas)
En quienes siempre “pueden”, pero ya no quieren
En quienes han aprendido a callar lo que duele, para no incomodar
🎧 La música como espejo y medicina
Soy un convencido de que el cuerpo y el alma se comunican de formas distintas. Y cuando las palabras no alcanzan, la música habla.
La he usado en sesiones. La he usado conmigo mismo. Y la he visto abrir puertas que estaban cerradas por años.
Hay algo muy poderoso en dejar que una canción diga lo que uno no puede. A veces nos presta palabras. A veces nos da permiso para llorar. A veces nos recuerda que seguimos sintiendo.
He recomendado a muchos de mis pacientes crear su “playlist de cuidado”. No para animarse a la fuerza, sino para acompañarse con dulzura. Porque no todo proceso necesita velocidad. Algunos solo necesitan presencia.
🌿 ¿Qué puedes hacer si sientes este tipo de cansancio?
Quiero dejarte algunas ideas que pueden ayudarte a reconocerlo y empezar a cuidarte, desde lo pequeño, desde lo humano:
1. Ponle nombre. No es flojera, no es drama: es agotamiento emocional.
2. Dejá de exigirte estar bien todo el tiempo. No estás para rendir, estás para vivir.
3. Pedí ayuda. Hablar también es cuidarse. También es resistencia.
4. Suelta vínculos que solo existen si tu estás disponible. Mereces reciprocidad.
5. Hacete espacio. Un café contigo mismo, una caminata en silencio, una canción que te devuelva el pulso. Lo que sea, pero tuyo.
6. Cuida tu entorno sensorial. Hay días donde incluso el ruido nos agobia. La música puede ser una aliada para regular, no solo para activar.
🫂 Una nota personal para quien me lee
Si llegaste hasta aquí, tal vez estás en ese punto donde todo te pesa un poco más de lo normal. Y quiero decirte algo con total honestidad:
No estás fallando.
No estás solo.
Estás cansado. Y eso también importa.
Puedes parar. Puedes cuidarte. Y sobre todo, mereces hacerlo sin culpa.
No tienes que romperte para que alguien te valide.
Y si hoy no puedes con nada… busca una canción que te entienda.
Cierea los ojos. Respira.
El alma también se repara en lo pequeño.
Gracias por leerme. Nos seguimos encontrando… en las palabras, en la música, y en los silencios que también sanan.
🎶
Ricardo Paredes
Psicólogo Clínico
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