La importancia de que los terapeutas y psicólogos también se revisen: un acto de ética y humanización en la profesión
En el mundo de la salud mental, la figura del terapeuta o psicólogo suele ser vista como un profesional que ayuda a otros a sanar, crecer y superar sus dificultades. Sin embargo, pocas veces se reflexiona sobre la relevancia de que estos mismos profesionales también se sometan a procesos de autoconocimiento y autoterapia. Revisarse a sí mismos, trabajar sus heridas y mantener su salud mental no solo es un acto de cuidado personal, sino también una práctica ética fundamental para brindar un acompañamiento genuino y responsable.
Una visión humanizante de los terapeutas
Es importante recordar que los terapeutas son seres humanos con historias, heridas y vulnerabilidades. La profesión de la psicología y la terapia requiere una profunda empatía y compromiso, pero también implica estar en constante autoconciencia. Reconocer nuestras propias limitaciones y heridas nos permite ser más auténticos y empáticos en nuestra labor, evitando que nuestras proyecciones o prejuicios influyan en la relación con nuestros pacientes.
La terapia personal como acto de ética profesional
Acudir a terapia no debe ser visto como una debilidad, sino como un acto de responsabilidad ética. Cuando un terapeuta trabaja en su propio proceso, está asegurando que su bienestar emocional no interfiera en la calidad del acompañamiento que brinda. La autoterapia ayuda a identificar y trabajar heridas no resueltas, reducir el riesgo de burnout y mantener una perspectiva clara y equilibrada en la relación terapéutica.
Un ejercicio liberador y protector de la salud mental
La terapia personal es, además, un ejercicio liberador. Permite a los profesionales liberar cargas emocionales acumuladas, entender mejor sus patrones y fortalecer su salud mental. Este proceso contribuye a prevenir el desgaste emocional, la fatiga y las conductas que podrían afectar su desempeño profesional y, en consecuencia, la calidad del servicio que ofrecen a sus pacientes.
Concluyendo
El acto de que los psicólogos y terapeutas acudan a terapia no solo beneficia su bienestar individual, sino que también enriquece su labor profesional, promoviendo una práctica más ética, empática y humanizada. La autoconciencia y el autocuidado deben ser considerados pilares fundamentales en la formación y ejercicio de cualquier profesional que trabaja en el campo de la salud mental. Porque cuidar de quienes cuidan, es la mejor manera de garantizar un acompañamiento auténtico y efectivo.


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