Estrés Positivo vs. Estrés Negativo: Comprendiendo sus Diferencias desde la Psicología
Estrés Positivo (Eustrés)
El eustrés se refiere a una forma de estrés que es beneficiosa y motivadora. Es el tipo de estrés que experimentamos ante situaciones que nos generan emoción, desafíos o incluso alegría. Un ejemplo típico podría ser el inicio de un nuevo trabajo, la preparación para un examen, o la organización de un evento especial. En estos casos, el eustrés es un catalizador que nos impulsa a actuar, a comprometernos y a lograr nuestros objetivos.
Desde la óptica psicológica, el eustrés puede mejorar nuestra capacidad de concentración y nuestro rendimiento. Libera hormonas como la adrenalina y la noradrenalina, que nos preparan para enfrentar desafíos y lograr un estado óptimo de alerta. Este tipo de estrés fomenta la creatividad y la resolución de problemas, y nos ayuda a desarrollar habilidades que pueden ser muy útiles en el futuro.
Estrés Negativo (Distrés)
Por otro lado, el distrés es el tipo de estrés que nos causa malestar y disfunción. Se presenta cuando nos sentimos abrumados por las demandas de nuestra vida diaria y puede surgir de eventos negativos como la pérdida de un ser querido, problemas laborales, conflictos interpersonales o problemas económicos. Este tipo de estrés puede llevar a una variedad de problemas de salud mental y física, incluyendo ansiedad, depresión y problemas gastrointestinales.
Desde la perspectiva psicológica, el distrés activa una respuesta de lucha o huida que, si se prolonga, puede llevar a un desgaste emocional. La constante activación de este sistema puede afectar negativamente nuestra salud mental, nuestras relaciones personales y nuestra capacidad para funcionar en la vida diaria. Además, puede llevar a un estado de agotamiento emocional, en el que la persona siente que no puede lidiar con sus responsabilidades.
Diferencias Clave
1. Reacción Emocional: El eustrés genera emoción positiva y entusiasmo, mientras que el distrés provoca ansiedad y agotamiento.
2. Efectos Fisiológicos: El eustrés puede aumentar la energía y la motivación, mientras que el distrés genera fatiga y tensión muscular.
3. Duración y Manejo: El eustrés es generalmente de corta duración y manejable, mientras que el distrés puede ser crónico y difícil de gestionar sin intervención.
4. Resultados: El eustrés puede conducir a un crecimiento personal y a la adquisición de nuevas habilidades, mientras que el distrés suele resultar en deterioro del bienestar y problemas de salud seria.
Conclusiones
Fomentar el eustrés implica adoptar una mentalidad menos rígida ante los desafíos y buscar oportunidades de crecimiento. Por otro lado, aprender a gestionar el distrés es esencial: técnicas como la atención plena, la terapia cognitiva y el ejercicio regular son herramientas valiosas que pueden ayudarnos a mitigar sus efectos.
Recuerda, el estrés en sí mismo no es el enemigo; es nuestra respuesta a este que puede determinar si nos impulsa hacia adelante o nos detiene en seco. Al comprender la diferencia, podemos tomar medidas proactivas para abrazar el eustrés y reducir el distrés, promoviendo así un bienestar emocional más saludable.
Ricardo Paredes
Psicólogo Clínico
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