Burnout, el Síndrome del "Quemado"; ¿Un Sacrificio Aprendido?
La historia se centraba en mencionar que Esther Crawford quien era ejecutiva de la empresa, había sido despedida de su empleo al igual que otra cantidad de trabajadores. Lo particular de la historia es que Crawford fue conocida en las redes por defender la fidelidad con la empresa para la cual trabajaba, esto lo veía como un modelo a seguir e invitaba incluso a dormir en la oficina como lo hizo en varios momentos con tal de demostrar dicha fidelidad.
La historia me llamó inmediatamente la atención puesto que el final de la historia para la ejecutiva no tiene un final feliz ya que es despedida como muestra de lo imprescindible que cualquier persona es para las empresas en la actualidad y nos hace un llamado a pensar en el burnout o síndrome del "quemado" como una realidad latente en nuestra época. ¿Qué tanto debo brindarle a la empresa para la cual trabajo?, ¿Es merecedora de que le entregue mi salud mental y física?, ¿Nos han enseñado que entre mas "sacrificios" hagamos por nuestra empresa, mejor será la recompensa?; estas son algunas de las preguntas que surgen a partir de la historia y quisiera hacer énfasis en la salud mental.
Este, como muchos otros casos de eterno sacrificio a la empresa, obedece a una enseñanza social que invita a quemarse (literalmente) por la empresa aún si esto pone en riesgo la salud. Actualmente y con la evidencia de casos como el de Crawford podemos darnos cuenta que es un problema de percepción del trabajo y que juega incluso con la importancia del amor propio en nuestras vidas, amor que por cierto no tiene los mejores niveles debido a tantos traumas de infancia que venimos cargando lo cual desencadena en un ejercicio de dar-nos a un otro llámese pareja, trabajo o familia de manera completa y sin reserva.
Más allá de pensar en el burnout como un padecimiento de agotamiento, debemos pensarlo como una vivencia fundamentada en el prejuicio romántico de que "el que mas cansado sale de su trabajo, es quien mejor trabaja"; estos son prejuicios dañinos que cuan herida de infancia llevan por delante a cualquier persona que se atraviese ya que se disfrazará en el elogio pero cuyo daño es inminente y real.
Luchemos por la salud mental, derribemos prejuicios y sobre todo difundamos una vivencia sana que no atente contra la dignidad física, mental y emocional de la persona.
¿Y tu que piensas sobre el burnout?, ¿Lo has padecido en algún momento?
Ricardo Paredes
Psicólogo
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