Burnout, el Síndrome del "Quemado"; ¿Un Sacrificio Aprendido?

Hace algunos días revisando anotaciones de internet, encontré con sorpresa una noticia que me invitó a escribir estas líneas. La noticia tenía que ver con Elon Musk, flamante propietario de Twitter y quien es conocido como uno de los hombres mas adinerados del planeta; No obstante la noticia no atravesaba por lo económico, no mucho menos por lo empresarial o quizás si, la noticia tenía que ver con que una de sus "trabajadoras estrella" había sido despedida de su empleo en la organización.

La historia se centraba en mencionar que Esther Crawford quien era ejecutiva de la empresa, había sido despedida de su empleo al igual que otra cantidad de trabajadores. Lo particular de la historia es que Crawford fue conocida en las redes por defender la fidelidad con la empresa para la cual trabajaba, esto lo veía como un modelo a seguir e invitaba incluso a dormir en la oficina como lo hizo en varios momentos con tal de demostrar dicha fidelidad. 

La historia me llamó inmediatamente la atención puesto que el final de la historia para la ejecutiva no tiene un final feliz ya que es despedida como muestra de lo imprescindible que cualquier persona es para las empresas en la actualidad y nos hace un llamado a pensar en el burnout o síndrome del "quemado" como una realidad latente en nuestra época. ¿Qué tanto debo brindarle a la empresa para la cual trabajo?, ¿Es merecedora de que le entregue mi salud mental y física?, ¿Nos han enseñado que entre mas "sacrificios" hagamos por nuestra empresa, mejor será la recompensa?; estas son algunas de las preguntas que surgen a partir de la historia y quisiera hacer énfasis en la salud mental.

Este, como muchos otros casos de eterno sacrificio a la empresa, obedece a una enseñanza social que invita a quemarse (literalmente) por la empresa aún si esto pone en riesgo la salud. Actualmente y con la evidencia de casos como el de Crawford podemos darnos cuenta que es un problema de percepción del trabajo y que juega incluso con la importancia del amor propio en nuestras vidas, amor que por cierto no tiene los mejores niveles debido a tantos traumas de infancia que venimos cargando lo cual desencadena en un ejercicio de dar-nos a un otro llámese pareja, trabajo o familia de manera completa y sin reserva.

El burnout es un problema real que nos debe invitar a no romantizar el sacrificio a toda costa por una empresa o cualquier relación de índole laboral, existen muchos casos datados del desencadenamiento de enfermedades tanto físicas como mentales a raíz de dicho sacrificio y del no poner limites a la hora de separar trabajo y sacrificio; hoy por hoy el mundo organizacional productivo nos habla justamente del concepto de productividad antes que de sacrificio porque se han estudiado diversos elementos que acompañan al ser humano en tanto trabajador y se ha puesto en evidencia que la productividad no va directamente relacionada al tiempo o sacrificio del trabajo sino a su factores intrínsecos como su motivación y optimización del las actividades mezcladas claramente con espacios de esparcimiento y desarrollo personal que fortalezcan la relación no solo con su actividad laboral sino con su propio SER.

Más allá de pensar en el burnout como un padecimiento de agotamiento, debemos pensarlo como una vivencia fundamentada en el prejuicio romántico de que "el que mas cansado sale de su trabajo, es quien mejor trabaja"; estos son prejuicios dañinos que cuan herida de infancia llevan por delante a cualquier persona que se atraviese ya que se disfrazará en el elogio pero cuyo daño es inminente y real. 

Luchemos por la salud mental, derribemos prejuicios y sobre todo difundamos una vivencia sana que no atente contra la dignidad física, mental y emocional de la persona.

¿Y tu que piensas sobre el burnout?, ¿Lo has padecido en algún momento?


Ricardo Paredes

Psicólogo

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